miércoles, 30 de mayo de 2012

De Madrid al cielo...

En menos de 1 mes hemos ido 2 veces. ¡¡Qué agotamiento!!
El primer viaje, el primer fin de semana, fue por motivos más familiares, y por historias que no vienen a cuento y que no esperábamos, el regustillo que trajimos fue bastante amargo, a pesar de que el resto de los días del viaje no fueron mal.
En fin, ¿en qué familia no hay movidillas de vez en cuando?

Por lo demás, bien:

  • Celebramos mi cumple entre amigos 


  • Estuvimos en el Bernabéu

  • Coincidimos con el Málaga en el hotel

  • Fuimos de comunión (el motivo principal del viaje) y resultó mucho mejor de lo que podíamos esperar (no pongo foto por el tema menores)
  • Y hasta echamos migas a los patos


...pero el regusto siguió siendo amargo...


Bueno, pues ahora nos hemos desquitado, pero a lo bestia.
(BSO recomendada para leer el post)

El motivo de este viaje era una feria profesional que interesaba a Dani.
Los 3 primeros días nos alojamos en el Tryp Diana, en la Alameda de Osuna. Y es un hotel que no os recomiendo de ninguna de las maneras... El personal y el desayuno, fenomenal. Pero no sólo está viejísimo... es que se oye el grifo hasta de cuando se lavan las manos 2 habitaciones más allá. Y aún así, a las 08:30, puntualmente, las limpiadoras inician su jornada y sus gritos, y sus golpes y sus aspirados. Vamos, que para descansar no vale.

La situación del hotel nos permitió estar más cerquita de Luz, una persona muy importante para mí, con la que me he reencontrado hace unos días después de un montón de años separadas. Estoy muy contenta. Así que con ella y Abril, su hija, comimos el primer día y cenamos el segundo. Aún así supo a poco, pero al menos nos hemos visto. ¡Lástima que no se nos haya ocurrido hacernos una foto! ¡Y no será porque no cargué con la cámara toooodo el santo viaje!
La primera noche cenamos con la yaya, que además así nos pasó la silla de ruedas que nos había alquilado para estos días... Es un palo, pero era la única manera de llegar a la mayoría de actividades... Cenamos, por fin, en La Choza del Segoviano, y Dani se sacó esa espinita, que tenía clavada de los últimos viajes (siempre nos las arreglábamos para pillarla cerrada).
Bueno... el segundo día, antes de cenar con Luz, me recogió Noelia en el hotel, y nos fuimos de compras...  Con la sillita... es algo que me costó al principio, ir en la silla empujada por Noelia... Pero bueno, es lo que hay. Superados esos primeros momentos fue un día GENIAL. No sólo por las compras, sino por las risas, las confidencias, la complicidad que tanto necesitábamos recuperar. Memorable. Y que hay que repetir. Cuando volvamos a ahorrar...

El tercer día, viernes, cuando Dani terminó sus conferencias y sus cositas, pues nos asomamos a otro de mis centros comerciales fetiche, y compré otro par de cositas... Quedamos a comer con mi padre y mi hermana, y todo fue más o menos según lo previsto.
Después, fuimos a casa de mis tíos, donde nos quedábamos el fin de semana para cuidar a sus michines. Soltamos lastre, nos duchamos, descansamos un poquito y quedamos con otra persona importante para nosotros: El Padrino. Que no tuvo bastante con venir desde Zaragoza hasta Madrid, además se vino hasta donde estábamos (yo andaba medio catatónica) y con regalos (libros, claro!). Eso es un padrino, y lo demás son tonterías.
Nos animamos y salimos a cenar a Imanol donde, menos mal que ninguno íbamos con hambre, porque nos pusimos gochos a pintxitos.

La anécdota de la noche vino con la cuenta: no tuvo bastante el padrino con todo lo que he dicho antes, que encima quería pagar la cena. Y allí estábamos sentados los 3 en la mesa, cuando llega el camarero con la cuenta y se la pone a él delante. Y yo le digo "¡Eh! ¡A él precisamente no!" y dice el camarero "Perdón, es que yo siempre pongo la cuenta al caballero". La cara de Dani era de poema surrealista. ¡¡Lo que me pude reír!! 
Volvimos a casa de mis tíos para tomar postre (que no tomamos), y después de un rato de charla tuve que desertar y dejar a los hombres hablar de sus cosas importantes, porque me caía de sueño...
El sábado fue el plato fuerte en lo que a gasto de energías se refiere: Feria del Libro, comida con la gente de ForoLibro y cena de chicas (Dani aprovechó y se fue a cenar con su hermano y familia).
Tan rendidos estábamos que estuvimos por rajarnos, porque mientras desayunábamos nos veíamos incapaces de poder con todo. Llegamos a la conclusión de que, al menos, había que intentarlo... y en caso de vernos muy malamente, pues decir "hasta aquí" y volvernos.
Tuvimos suerte hasta para aparcar: encontramos libre el sitio de paralímpicos en Velázquez, justo frente a Gabana, así que de ahí a la entrada al Retiro para la Feria había que caminar (Dani, que yo iba en silla) poco.
No pensaba comprar mucho... 
Menos mal.
Cayeron algunos cómics, algún libro... Eso hasta la mitad de la feria, que fue hasta donde llegamos antes de ir a comer.
La comida, en Arroz y arroz fue divertidísima. El sitio está genial, muy bien de precio, de calidad y sobre todo de atención. Pero lo mejor, desde luego, fue la compañía.
Con algunas personas no pude hablar demasiado, porque claro, al ser tantos... pero la próxima nos sentamos de otra manera, y compensamos.
Aunque el sector en el que me senté fue el mejor, eso desde luego. Estuve muy muy bien acompañada.

Después de... no comer, sino cebarnos, vuelta a la Feria, esta vez en grupo. Así también Dani tuvo relevo como conductor de la silla. Estuvo genial. Con algún que otro libro nuevo me hice... y curiosamente estaba firmando (entre otros) Fernando Schwartz. En cuanto Bárbara me pase la foto que nos hizo la cuelgo aquí. Por supuesto le compré su nuevo libro, y estuvimos hablando un buen rato de "El cuenco de laca", de teatro... ¡¡fue absolutamente genial!!
Más vale tarde que nunca: aquí va la foto


También firmaba un poquito más adelante Rosa Montero, y en ese momento me arrepentí de no haber cargado con mi lectura del momento, "Amado amo", pero ya estaba muy cansadita y había mucha cola...

Bueno... Descansamos un poquito en una de las terracitas, y nos disgregamos... algunos siguieron la jarana, otros fueron de retirada, y Bárbara y yo nos fuimos hacia casa de mis tíos, con paradita en el Opencor para preparar la cena: se mantenía el plan de cena de chicas, pero mejor casera, porque los cuerpos estaban en las últimas... 
De la cena contaré poco, porque es absolutamente confidencial... sólo diré que si Almodóvar se nos hubiera unido, habría tenido guión para 3 películas. Ah, y que nos faltó, por un fallo muy grande mío, Laura. Cuánto me he arrepentido de ese fallo. Espero que para la próxima podamos ponerle remedio.


El domingo ya estábamos para el arrastre. Fuimos a El Pardo a despedirnos de la yaya, devolverle la silla y, de paso, comer corderito en El Pinar.

Volvimos al centro de operaciones a recoger maleta y dejar todo más o menos presentable, y allí nos recogió Noelia, que nos llevó a la estación (¡¡¡Mil gracias!!!).

Y ya en casita, con lo único que nos faltaba para que todo fuera redondo: nuestras niñas, que han estado bien atendidas por Paloma y Laura (¡Gracias!).

La recuperación va a ser lenta, pero todo esfuerzo ha merecido la pena...

Se me ha quedado mucha gente por ver: Paula, María, Gemma, José Carlos y Tania y las niñas, Mabel... y muchos más, pero a todo no se puede llegar en tan poco tiempo, y con tan pocas energías. Espero que no se me escapen la próxima.
Pero de aquí a la próxima tengo que reponerme. Física y económicamente 

EN FIN: 
GRACIAS A TODOS LOS QUE, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, HABÉIS HECHO POSIBLE ESTOS BUENÍSIMOS DÍAS Y ESTOS GENIALES RECUERDOS.

martes, 29 de mayo de 2012

Mi familia y otros animales

Y no, no pertenece a "Miss Historias", sino a "Libros".

Me ha gustado la lectura, la verdad es que es divertidísimo, pero no ligero: para poder captar bien toda la guasa hay que estar bien centrado en la lectura, bastante más de lo que he podido estarlo yo, pero aún así ha merecido la pena.

Las aventuras y desventuras de esta familia inglesa afincada en Grecia (no he podido evitar acordarme bastante de Shirley Valentine) no son tan desternillantes ni tan inverosímiles como puede parecer... en realidad, es un retrato (bastante exagerado, pero retrato) de ciertos tipos de personalidad , que podemos encontrar con facilidad entre la gente que nos rodea.

Gerry es un previsiblemente futuro zoólogo o veterinario, que trae loca a su familia con su pasión por el estudio del comportamiento animal.
Pero no mucho menos que el resto de sus hermanos con sus particulares obsesiones...

Hay un pasaje en concreto, que cada vez que recuerdo hace que me pique el cuerpo entero, tal como cuando lo leí....
Describe paso por paso la pelea entre una mantis y una salamanquesa. Es tremendo. Tan perfectamente descrito que oyes hasta los crujidos...

Genial el personaje de Spiro. Supongo que con la traducción habrá perdido buena parte de su guasa, pero aún así es muy hilarante.

No sé si me animaré a continuar con "Bichos y demás parientes", con la pila que tengo debo rebajar un poco mis expectativas por una buena temporada, pero ahí queda como posibilidad...

jueves, 17 de mayo de 2012

Ponga un tullido en su vida

Hace mucho tiempo que lo vengo observando.
Pero claro, como todo, cuando te pilla en primera persona ves las cosas más claras (bueno, a veces) y les prestas más atención.

A bastantes personas les gusta ponerse la medallita de "pues yo soy AMIG@ de una persona con una enfermedad jodida". No es que les guste que sus amigos estén enfermos. En absoluto. Es que conocer a alguien que está pasando por algo duro es como conocer a alguien que viaja mucho: da para contar, comentar. 
El "te admiro" que he referido por aquí en otras ocasiones está ahí, pero en la mayoría de los casos se queda en eso. En admiración. Bueno, y en anécdota que contar en las cenas con amigos. "Pues un amigo mío tiene una enfermedad muy jodida, y no veas qué bien lo lleva". Muy amigo, lo lleva muy bien, pero... ¿por qué no le has invitado a ir contigo a esa cena? o ¿por qué no estás cenando con él?
No sé si me estoy explicando bien. Hablo, por supuesto, de casos generales. Que hay muchas personas que no actúan así, por fortuna. Y no hay por qué estar SIEMPRE, PERMANENTEMENTE junto al "tullido". Sólo ser consciente de que, quizá, esté solo en casa, aburrido, triste... mientras hablas de él.
A lo que quiero llegar es a que las palmaditas en la espalda y el interés son muy intensos (y muy de agradecer) al principio: cuando te diagnostican, o los primeros meses de trato si cuando te conocen ya tienes diagnóstico. Luego el tema se va diluyendo... Claro: ven que es difícil quedar para ciertas actividades. O que no se está disponible al ritmo que llevan los demás. Y poco a poco, van dejando de llamar. A veces sí llaman, pero para preguntar qué tal, y rezando por que la respuesta no induzca a un compromiso de visita, o de favor (llevar a algún médico, por ejemplo, o ayudar con la compra, la casa...). Y cada vez llaman menos. Y menos.
Al final, se queda en pura anécdota esa AMISTAD.

Como decía, no lo digo únicamente por mí (que supongo que en mi caso, a parte de este factor, influirá que no hay quien me aguante). Es algo que había observado siempre, y ahora con mucha más intensidad, en casos que voy conociendo, con mayor o menor detalle.

Supongo que es algo inevitable. Nadie quiere complicarse la vida aún más (me incluyo). Y una "amistad" sincera con alguien de estas características exige mucho de ambas partes, pero especialmente de la sana: si alguien a quien aprecias necesita que le lleves, le traigas, le ayudes o simplemente le visites (en lugar de quedarte en tu casita o ir al cine)... Una lata.

Pero si alguien me lee, pido desde aquí que intentéis poneros en el lugar del otro. Eso tan manido de "a cualquiera nos puede tocar" es verdad. Doy fe. Y avergonzada reconozco que alguna vez conocí a alguien con una enfermedad jodida, y me sirvió para varias conversaciones algún domingo de tapas o en la sobremesa de alguna cena de conocidos. Y no llamé a esa persona para saber si, en lugar de hablar de ella en tercera persona, le apetecía venirse, que la recogiera y la llevara, o que trasladásemos la cena a su casa.


Es muy difícil tirar p'alante con una de estas enfermedades. Pero con apoyo social la cosa se suaviza mucho. Muchísimo.

miércoles, 16 de mayo de 2012

El cuenco de laca


Hace la polca de años me estrené con el Fernando Schwartz escritor con "El desencuentro", que me encantó (por cierto, volumen que he "perdido" al prestarlo a alguien que no recuerdo, por lo que no se lo puedo reclamar).

Es un hombre al que admiro en general, y como autor se desenvuelve muy muy bien (con su carrera diplomática y como presentador de la tele, tampoco tenía por qué dársele bien otro área... pero se le ve que es acaparador).

Pero en esta novela me ha impresionado, además, por su capacidad para narrar en primera persona femenina, con una sensibilidad y una emotividad en algunos temas exclusivamente femeninos que dificilmente hubiera atribuido a un hombre. Pero lo consigue.

Además, la novela en sí merece la pena: es intrigante y poética a la vez, es difícil que alguien de mi nivel (bajito, ya sabemos) no aprenda nada con ella. Y además se disfruta: la narrativa es fresca y la trama intrigante, a pesar de desarrollarse en un contexto histórico poco atractivo para mí: la guerra franco-vietnamita. Habla de guerra, de diplomacia, de familias, de amoríos, sufrimientos, motivos por los que tirar adelante... Por ser tan variada y estar escrita tan bien es por lo que creo que puede gustar con facilidad.
Así que... otra recomendación que os dejo aquí.

El vino vuelve lista a mamá (y) La cerveza vuelve fuerte a papá

Otra vez, Andy Riley.

Recuperando la gracia y la chispa que tenía con los Conejitos Suicidas (aunque se echa en falta el punto macabro), y que perdió con Cerdos Egoístas, estos dos mini-volúmenes hacen pasar un buen rato a base de tópicos muy bien traídos a cuento.

Como diría algún psicólogo o sociólogo, se trata de "caracterícticas de género" (no vayamos a caer en la repelencia de la manida discriminación sexual en uno u otro sentido, por favor), que no tienen por qué definir a todos los "ejemplares", pero sí representan a su mayoría. Y de forma muy divertida además.
Así que, por favor, vamos a tomarlo con buen humor, que quiero creer que es con la intención que se han publicado (vale, y con la intención de forrarse también).

Recomendables si se tiene sentido del humor y un mínimo de autocrítica (si no es así, mejor comprarse únicamente el del género al que no se pertenece).

martes, 1 de mayo de 2012

Juegos de guerra

El domingo fuimos a Alhaurín de la Torre (por cierto, un pueblo que da muy buena impresión por sus jardines, sus aceras, sus instalaciones, lo bien cuidadito que está...) a echar un vistazo a la parte de stands y exposición de estas jornadas.

Fue, evidentemente, idea de mi marido. A mí estas cosas me horrorizan, no puedo evitarlo.

Hay que reconocer que la gente que había allí estaba, como cualquiera con un hobby, atento a los detalles, las novedades... vamos, que lo mismo miraban una reproducción de una batalla de la II WW, que cualquier otro con otro hobby miraría la representación al milímetro del pueblo de los pitufos. Es decir: no había violencia, ni caras de "pirados" (bueno, los frikis que hay de toda la vida de Dios, pero parecían inofensivos), ni hambre de matar.

Pero yo no podía evitar estar horrorizada. Había un montón de gente con unas habilidades evidentes (había unas maquetas curradísimas, libros de sesudos estudios y narraciones detalladas, ediciones cuidadísimas como el que compró Dani, virtuosos de la puntería y la estrategia...) dedicadas a la guerra. Es decir, una cultura en torno a lo que yo considero uno de los grandes errores de la humanidad. Gente culta, muy válida, que ha decidido enfocar su inteligencia, su valía, al culto y merchandishing de la guerra. A, de alguna manera, "celebrarla". Algo de lo que deberíamos avergonzarnos es objeto de estudio, ¡JUEGO!, lectura... No sé, no me entra en la cabeza. Estoy de acuerdo en que la estrategia requiere de inteligencia. Hasta tal punto estoy de acuerdo en ello, que tengo la certeza de que cualquiera de los "frikis" allí deambulantes es bastante más inteligente que yo (quizá por eso no les comprendo), y si emplearan esa inteligencia, ese virtuosismo (lo de las maquetas es de reverencia) en algo constructivo (para mí la guerra es lo contrario, es decir, destructivo) podrían hacer algo muy grande.

No sé. Quizá estas historias les ayuden a desfogarse. A aprender. A manejar su mente de cierta manera. Pero yo no puedo evitar pensar en lo contrario, es decir, en la destrucción, el sufrimiento, la muerte... que crearon todas esas batallas. Es un punto de vista muy poco constructivo también, lo reconozco. En lugar de disfrutar allí volví con el corazón encogido. Pero no puedo evitarlo.

No me quito, desde entonces, de la cabeza la canción que cantábamos en las excursiones del cole (alegría de vivir la nuestra, también):

(Por cierto, buscando el vídeo me he horrorizado más allá de lo que pudiera haberlo hecho con 3 jornadas de juegos de guerra juntas: ¡¡¡MELENDI HA CANTADO ESTA CANCIÓN!!! 
¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué lo has permitido?)


En fin: me alegra mucho que toda esta gente encuentre un punto común en el que compartir su afición, pero ojalá estuvieran aficionados a otra cosa... dentro de que no hacen daño a nadie, ni intención que tienen (creo).
Las jornadas estaban muy muy bien organizadas, el ambiente era muy bueno y, como digo, no había dónde mirar en que no encontraras trabajo bien hecho, esfuerzo, conocimientos y hasta ilusión.

Eso sí: como de todo tiene que haber en la viña, no sólo guerra había por allí. En un par de puestos de tiendas de cómics y juegos había algún infiltrado, y nos trajimos un par de trofeos: una expansión de Carcassonne y... ¡¡TACHÁN!!: