Porque... que levante la mano quien no haya pensado toooodas las cosas que iba a hacer en una tarde (o una mañana), en cuanto mirara el correo electrónico... y le han dado las 10, y las 11... las 12, la 1, las 2 y las 3...
Y al final, ni siquiera ha sido en nada productivo ni especialmente satisfactorio.
Me ha parecido especialmente significativo el siguiente párrafo de este libro:
"En un reciente ensayo, el joven novelista Bejamin Kunkel reflexionaba así sobre cómo la Red iba invadiéndole las horas de vigilia: 'Internet, como sus defensores bien nos recuerdan, ofrece variedad y comodidad, sin obligarnos a nada; excepto que resulta que no la sentimos así en absoluto. No sentimos estar eligiendo libremente nuestras prácticas online. Más bien nos parecen hábitos que no hemos tenido más elección que adquirir, sin poder hacer más por remediarlo que ir contra la historia. Nos parece que no estamos distribuyendo nuestra atención como deberíamos, o incluso como nos gustaría'.
Irrebatible.
Me ha gustado especialmente de este libro su sencillez: te lo explica todo desde el principio. Desde teorías filosóficas o psicológicas, hasta ensayos clínicos o sociológicos, que comprendes aunque nunca hayas tenido contacto con ellos.
También explica desde el principio cómo se ha ido modificando nuestra mente y nuestra forma de actuar desde los primeros "avances": el uso de mapas, la imprenta, el paso del papiro al libro... De forma que el cambio actual que intenta explicar resulta absolutamente verosímil, dados los antecedentes.
Por ejemplo, en las primeras páginas descubrí el motivo científico de mi parón escritor (creativo, no bloguero), a raíz de dejar de fumar e incorporar el teclado a mi vida no laboral por una explicación que culmina el autor con una cita de Nietzsche:
"Nuestros útiles de escritura participan en la formación de nuestros pensamientos."
Absolutamente de acuerdo.
He descubierto, gracias también a este libro (y a comentarlo con algunas personas a las que resultaba que les ocurría lo mismo), que mi falta de concentración lectora no tiene tanto que ver con la medicación como pensaba... personas de mi entorno, no medicadas ni drogadas (que yo sepa...) tienen la misma sensación en los últimos tiempos: distracciones tontas, falta de "lectura absorbente" aunque sea un autor o un tema que nos apasione, falta de comprensión lectora en muchas ocasiones...
En el libro le dan cera a Google, al e-book (especialmente el Kindle)... y lo desarrollan de forma que quedan pocas dudas acerca de la intencionalidad... De hecho, la mayoría sabéis que soy una anticuada que insiste en los libros de papel, pero si tuviera que tener un e-book probablemente sería el Kindle por todo lo que ofrece (y por precio, claro)... Tengo una tablet muerta de asco, que heredé de alguien que tiene otra tableta mejor ahora, no otra vida... Anda insistiéndome para explicarme su funcionamiento, y yo haciéndome la remolona.... pues después de esta lectura, aún más. Se te quitan las ganas de e-book y de todo uso que no sea el básico de la tecnología, especialmente de internet... hasta que te vuelves a conectar. Después de leer este libro, "sólo me conecto a ver si me ha escrito mi amiga Lourdes" o "sólo voy a mirar las noticias en el periódico on-line"... y una leche. Vuelvo a picar, a engancharme tontamente, hasta queriendo evitarlo.
No hace mucho leí un twitt: "Mis abuelos conocieron la radio y tuvieron 9 hijos; mis padres, la TV: somos 2 hijos; yo conocí internet y creo que aquí se acabó la familia".
Desde luego el uso que le estamos dando a las llamadas TIC no es sano en absoluto.
Nos la han colado pero bien.
Y nosotros hemos puesto el culo en pompa y teníamos preparada la vaselina, para qué engañarnos.
El otro día escuché en la radio precisamente un programa sobre esto, incluyendo el control que Google, Facebook, etc tienen sobre nuestras vidas. Recomendaba cerrar siempre la sesión de donde sea que te hayas logeado, y borrar las cookies y archivos temporales cada cierto tiempo.
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