Estoy teniendo poca suerte con mis lecturas este verano. Salvo con el recientemente terminado segundo volumen de "Sherlock Holmes: Las aventuras imprescindibles", con el que jugaba sobre seguro, que es lo que suele pasar con los clásicos, y más si ya te has leído el primer volumen: con él había poco lugar para las sorpresas. Pero con las demás, no he tenido buen tino en la elección, desde "El milenario hábito de ser infeliz", de la que no pude pasar de la página 30 y poco, no sólo porque no era lo que esperaba, sino por la atroz redacción, hasta esta última, no mala como tal, pero sí decepcionante.
Me estrené hace unos meses con Ana Manrique con "No es tan fácil llevar bragas", y me gustó bastante, así que me fui de cabeza a por la otra obra publicada de la autora.
Y no parecen escritas por la misma persona.
Si en aquélla me encantó el estilo narrativo, en ésta ha sido lo peor de la lectura, ya que la historia es salvable, hasta buena según se mire. Algo sórdida, pero eso no me echa atrás. ATENCIÓN, SPOILER: Quizá esa sordidez desentona con el final feliz global, pero por lo demás, es más que aceptable.
Vale que al principio ya avisa de que, como la trama se desarrolla en Barcelona, algunas expresiones están adaptadas a este ámbito. Eso me vale para que hable de "la granja" en lugar del "bar" (o algo similar, es un sitio donde iban a tomar café o whisky... así que he entendido bar, o cafetería). Vale.
Pero no me vale para que diga que uno de los personajes respondió a una serie de preguntas con sus característicos "monólogos" en lugar de "monosílabos", o para que explique cómo "en los escaparates de las boutiques sólo habían vestidos de fiesta". Y como ésas, unas pocas. Cuando hay alguna suelta suelo atribuirlas a errores tipográficos, erratas. Pero cuando son tantas no me queda más que achacárselas al autor. Aunque anteriormente haya leído algo suyo que no hacía presagiar esta mala experiencia. De hecho, como empecé por su segunda novela publicada, y ésta es la primera, una de dos: o ha mejorado mucho (muchísimo), o para la segunda pagaron a un corrector de estilo. Todo puede ser.
El siguiente libro que hay en mi pila, con el que empezaré esta misma noche, me despierta bastantes dudas... Pero como después de él tengo esperándome a Max Aub, lo tengo tan fácil como abandonar la lectura si no me convence y pasar a lo seguro.
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