En los últimos tiempos me han dicho eso más veces de lo habitual. Todo gente, digamos, "de puertas para afuera", es decir, que aunque algunos sean íntimos, no han convivido nunca conmigo.
Supongo que es algo habitual para las personas que tenemos enfermedades crónicas, yo lo pensaba antes de este tipo de personas (y en algunos casos lo sigo pensando, claro).
Pero cuando hay convivencia la cosa cambia. Todos "de visita" damos lo mejor de nosotros, enfermos o no, pero en casa la cosa suele cambiar, aunque no en todos los casos. Y lo que para los de fuera es "admirable" para los de dentro puede ser una pesadilla. Cargar con una enfermedad así, o con alguien que la padece, no sólo no es fácil: no todo el mundo lo soporta. Es muy duro, conlleva muchas privaciones, muchos sacrificios, y hacerlo durante una temporada, pues vale, pero para siempre... uffff... A quien le ha caído la enfermedad no le queda otra, pero su entorno no tiene la culpa. El enfermo puede necesitar X (ayuda física, apoyo moral...) pero, por más que lo necesite, su entorno no está obligado a proporcionarlo. E, insisto, por buenas intenciones que se lleve, hacerlo para siempre es algo a lo que no todo el mundo está dispuesto, aunque a priori piense que sí... sobre la marcha se puede cambiar de opinión. Lo necesite el enfermo o no. Muchas veces, los de fuera que se consideran más cercanos, no lo hacen (no hay obligación, insisto), cuanto más el que está viviendo con ello.
Y ante eso ¿qué nos queda a los enfermos? Pues ajo, agua, y zumitos de naranja. Poco más. Hay asociaciones tipo teléfono de la esperanza si se necesita apoyo moral (cuando lo que se necesita es un abrazo la cosa es más jodía, pero algo es algo); está la Ley de Dependencia (cuando le llega a cada cual, que esa es otra) para ayuda más cotidiana, y para casos más extremos se puede tirar de aquellos a los que aún no se ha quemado demasiado (si se tienen. Si no la cosa se complica aún más). En fin, es lo que toca. La enfermedad no es sólo para el enfermo, pero sí es sólo para nosotros de por vida.
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