Anoche fuimos a ver esta película, y pasamos un buen rato.
Pensé que iba a reírme más y que el argumento iba a ser mucho más flojo, pero me reí moderadamente y el argumento me gustó, me pareció sólido, hay donde agarrar.
Aunque haciendo una crítica maliciosa podría decirse que han cogido "4ª planta" y alguna (cualquiera) comedia americana de argumento familiar y navideño, y las han metido en una coctelera hasta que han llegado a este resultado. Varias resoluciones de los nudos argumentales son bastante
predecibles, por tanto. Pero aún así, merece la pena ir a verla.
El personaje principal, el de Antonio, es tierno y gracioso... El de Manuel, empanado con buen fondo... necesita dos tortas de la vida, y viene a dárselas un niño canario. Y afectan a todo su entorno.
Están maravillosas Rosa María Sardá y Amparo Baró en sus papeles y mejorables Goya Toledo y Aitana Sánchez-Gijón en los suyos. Pero no soy demasiado objetiva al hacer esta crítica: una tiene sus "ídolas".
Bueno, el caso es que es una película que recomiendo ir a ver, por el buen rato que hace pasar y la caña que da: las tortas las recibe Manuel, pero como los espectadores estamos presentes, pues algo de la onda expansiva nos llega. Y anima a cambiar para bien algunas cosas. Luego está en la mano de cada cual hacerlo o no, por supuesto.
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