martes, 22 de marzo de 2011

Los juguetes perdidos


En esta novela, el autor que me enganchara con su monólogo "Los caballos cojos no trotan" (que os recomiendo a todos, sobre todo los que tenéis descendencia, pero os aviso de que es duro) narra la historia de Helio como si fuese una "Y": en cada capítulo nos cuenta un poquito de su infancia, y otro poquito de su madurez hasta llegar, en las últimas páginas, a juntarlos en unos días (en el ritmo narrativo). Y la remata con un subrayado perfecto. No suelen gustarme los finales tan redondos, pero éste, sí.

Hay párrafos fantásticos, en los que te describe una melodía a partir de las imágenes que le sugiere a quien la escucha, y casi puedes oír la música y ver esas imágenes imaginarias.

Como en todo lo que he leído de Luis del Val hasta la fecha, hay moraleja: en este caso, resalta las consecuencias de una vida dejada en manos de los demás, de las circunstancias... No se toma la responsabilidad ni los riesgos, pero difícilmente se estará conforme con ella al final.

Me gustan los libros de este autor por eso: siempre sacas algo, te da qué pensar (acerca de tu vida), te señala puntos que no sueles plantearte, pero que son importantes... Todo narrado con mucho arte, pero también con suavidad: no son lecturas en absoluto pesadas.

En este caso la edición falla un poco, y cuesta centrarse a veces, pero es perdonable, pues el libro está editado por Afanias.

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