martes, 26 de abril de 2011

HLA-B27+ o por qué cada vez que abro la boca sube el pan

Con lo bien que estaba yo mudita con mi infección de garganta, tengo que ponerme bien y abrir la boca. Si no, reviento. Manda narices.

Hablando con mi abuela hace unos días, me comentó que le iban a hacer un análisis de sangre. Como un tiempo atrás me había comentado que un primo suyo había visto a su hermano (con el que no se habla desde hace muchísimos años) por la calle, caminando con dificultad y muy encorvado, con una chepa tremenda, le dije que por qué no se hacía la prueba del gen de la espondilitis: total, yo aún no sabía de dónde me venía esto (aunque ella estaba convencida que era de la familia de mi padre, como la miopía, la dermatitis, la cabeza...). Y se la ha hecho. Y acaba de llamarme disgustadísima, porque ha dado positivo. Y tiene un sentimiento de culpa inmenso por haber sido la causante de que yo esté así, por más que yo le haya dicho que no ha sido a propósito, y entonces no hay culpa. Pero sigue con el disgusto. Y ahora tengo yo un disgusto importante por haberle dicho que se hiciera la dichosa prueba... La parte buena es que ahora mis tías y mi madre pueden estar prevenidas... y como le dije a mi tía, un problema de inflamación desde hace años que tiene en el pie, puede ser por esto. Pero la abuela sigue con el disgusto. 

¿Para qué abriré la boca a veces?

1 comentario:

  1. Mujer, no es culpa tuya que tu abuela se lo tome a la tremenda. Tampoco es que ella pudiera haberlo evitado, digo yo, que uno no se va haciendo pruebas así porque sí. En mi opinión has hecho bien en abrir la boca, precisamente por lo que dices, permite prevenir en lo posible.

    Y como tu abuela en el fondo es persona razonable, acabará por verlo así. En lo hondo del fondo por lo menos, ¿no?

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