domingo, 11 de marzo de 2012

El enigma

Bueno, vale ya de autopromoción. Ya he disfrutado del perfume de la fama, voy a seguir hablando de escritores de los de verdad.
En este caso, de Josefina Aldecoa.

He disfrutado mucho leyendo esta historia de amor, en la que la conciencia, el difícil equilibrio entre los valores y principios que se defienden y su aplicación a nuestra vida diaria... y el éxito personal y profesional tienen un papel muy importante.

Destaca la importancia de tener al lado a una persona que te apoye y anime a realizarte en el campo que elijas (laboral o no), y en el aire (más o menos) deja la pregunta de si, para ello, es necesario que comparta esa afición, o no es estrictamente necesario.
  
Y a parte de ese apoyo, tener con quién conversar sobre cosas "profundas", no quedarse en el cotidiano charloteo acerca de las cosas más básicas, del menú diario y poco más, lo resalta como vital para una pareja. (Es fácil olvidarlo cuando llega la rutina, y que te lo recuerden es de agradecer).
Y por supuesto el sexo. Me gusta cómo trata este tema particularmente: le da su importancia (incluso un poco más, pero tratándose de una pareja en sus inicios es lo suyo), pero no se mete en honduras ni detalles necesariamente escabrosos, como he leído en otras ocasiones. Me gusta más darle un trato elegante a este tema. Llamadme puritana.

El desarrollo de la historia, el ambiente en que la enmarca, la época en la que está ubicada... colaboran con el argumento a la perfección, pues destaca el escalón moral y social entre la España de la transición y los Estados Unidos de esa misma época. 

Hay un par de detalles que me han descuadrado un poco: por una parte, ahonda muchísimo en los personajes de Teresa y Daniel, pero al de Berta, también fundamental, lo deja en un plano demasiado alejado, y la historia de Daniel y Berta la simplifica hasta el exceso: hay muchas parejas que llevan una relación anodina, pero TANTO es imposible, compartiendo hijos y convivencia. Algo más tiene que haber. Pero claro... me ha parecido una manera de forzar los elementos en juego para llegar al mensaje que, en el fondo, quiere transmitir. Y es algo que hace de forma muy poco disimulada: algunos giros o personajes están metidos un poco a capón, forzados, para llevar la historia donde quiere.

Respecto al final... genial. Predecible e inesperado a la vez. Desolador y energizante al tiempo. No quiero decir más, por si alguien quiere leerlo... no me gusta destripar historias ;)


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