Así tenemos el ombligo que tenemos, en mita'lmedio, por supuesto.
Probablemente algún autor de ciencia ficción haya hablado magistralmente de esto (y si alguien conoce algún relato interesante al respecto, me gustaría que me lo recomendara). El caso es que, cada vez que leo un estudio zoológico, biológico, del comportamiento de otras especies en su hábitat y otras historias... me pregunto, no si nosotros (¡nosotros, que vivimos de las apariencias!) podríamos estar siendo objetos de un estudio, sino más bien, en caso de que lo fuéramos... en cuántos colores estarían flipando los observadores...Una "civilización" que, a lo largo del tiempo (que a nosotros nos parece mucho -como siempre, en función de la duración de la vida humana-, pero quizá nuestros hipotéticos observadores vivieran millones de años o fueran inmortales, y claro, nos verían a ratitos, con otra perspectiva) "evoluciona" (pongo tantas comillas porque son conceptos de los que dudo enormemente cuando se nos aplican a los humanos) desde las piedras, el fuego, los metales.... hasta la era de las comunicaciones: teléfonos móviles, internet, aviones, cohetes... pero se mantiene con unos motivos tan básicos para mantener y continuar esa "evolución": el sexo, el poder (la guerra): ser el líder de la manada... poco más nos mueve en el fondo. Qué triste, ¿no?
Nos creemos que hemos evolucionado... pero "el mejor" sigue siendo el primero de la clase, y no el que se supera a sí mismo en función de sus circunstancias; hemos dado una definición a "humanidad" (como adjetivo) que no se corresponde con la realidad, porque es muy propio de los humanos matarse unos a otros... pero no es una actitud muy humana, ¿no?; hemos evolucionado decidiendo que el mundo es nuestro, y somos los dueños de todo lo que contiene... Venga, hombre. Hay muchos más seres vivos en él, y probablemente también hayan evolucionado... pero no hacia el poder, sino hacia la humanidad. Y estamos haciendo que se extingan.
Internet, esa herramienta inmensa, nos da una pista de nuestros intereses: timos, pornografía... son las "utilidades" que en mayor porcentaje se utilizan... pues para eso es una lástima, porque me parece que en las cavernas tenían lo mismo... menos sofisticado tal vez, pero lo mismo.
Sí es verdad que ahora, las redes sociales, pueden hacer mucho para que esa intencionalidad cambie: ponen en contacto a los "4 mataos" de cada punto del planeta, y entre todos, si nos lo montamos bien, puede salir algo bueno. Pero tengo poca fe en ello, en vista de nuestra historia.
Y hablando de fe... Esos observadores tienen que reírse mogollón con este tema... En qué creemos, qué predicamos, quién lo predica y quién se lo cree... Desde la religión del Monstruo de Espagueti Volador hasta el mismísimo catolicismo y cómo lo tienen montado, pasando por la cienciología, el islam, el capitalismo (sí, para algunos es auténtica religión) o las creencias egipcias, por ejemplo. Aunque yo creo que voy a convertirme al Unicornio rosa invisible. Me convence...
Y gente como los ascetas, las monjas de clausura, los suicidas que se autoinmolan... ¿qué pensarían esos observadores de ellos? Tenemos un cacao importante. Y muchas de esas religiones hablan de bondad, de tolerancia... menos con los que creen en otro Dios, claro. Ay.
También, en nuestros aires de grandeza, nos preguntamos si "hay alguien ahí fuera", no sólo como deidad, sino como vecino de universo. Vamos a ver...
- ¿Para qué les buscamos? ¿Para invadirles y hacer nuestro su planeta? ¿Para invitarles a un cafelín? ¿Por curiosidad morbosa? ¿Para... qué? ¿Cuáles son nuestras intenciones?
- Si no conocemos bien nuestro propio planeta... si hay especies con las que aún no podemos comunicarnos, que aún no conocemos... vamos a ordenar nuestra casa y luego vamos a ver la de la vecina, ¿no? Or-ga-ni-za-ción.
En fin... Sé que esto en una ralladura, pero ante ciertas situaciones me da por preguntármelo... Últimamente, me lo he preguntado después de una reunión de la comunidad de vecinos (que, si me siento con ánimo, contaré por aquí)... Pero cada vez me lo pregunto más frecuentemente...
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