jueves, 17 de enero de 2013

Brillante como una cacerola

Estupenda edición para estos 4 relatos dirigidos al público juvenil, pero aptos para disfrutarlos con cualquier edad.

"Leyenda quizá un poco china"

Es la historia inversa de "La bella y la bestia". Viene a decir que todo hastía, incluso la belleza. De hecho, creo que la belleza es apreciable precisamente por su carácter excepcional: si sólo vemos cosas bellas en la vida, lo que termina por llamarnos la atención es lo no bello (como al príncipe Pin Yin).

"El holandés ferroviario"

Es el que más me ha gustado, con diferencia.
Un políglota "holandés errante" acoplado en un tren nos hace terminar el relato con una amplia sonrisa, si no con una buena carcajada.


"De mejor calidad"

Habla de un asesino en serie (por hobby) que, por azar, aprende que hay cosas que se disfrutan más a poquitos, pero buscando la calidad (como con el vino...).


"La existencia de Dios"

Viene a confirmarnos lo que sospechamos: que en realidad no "nos peleamos" por nuestro Dios, sino por tener o no la razón sobre el criterio de los demás. Es divertido y clarificador.


Lo que no me han gustado demasiado han sido las ilustraciones de Kikie Crèvecoeur: trazos demasiado gruesos, imágenes simplonas pero malamente reconocibles.

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