Él me tiene harta, pero debe ser que yo también le tengo hasta las narices. El caso es que, después de una semana dándole caña como hacía tiempo que no le daba, hoy he intentado dar una vuelteciiiita chiquitiiiita de tuerca, y ha dicho "¡tu tía, ya...!". Y se ha rendido. Me joroba, porque bueno, se trataba sólo de socialización, una barbacoa tranquilita y en la que me han cuidado muy bien. Pero no. Lo que más rabia me da es que no dice "basta" cuando estoy a tope con la asociación, ni cuando los médicos me están haciendo perrerías (de ambas cosas esta semana hubiera tenido muestras a placer). En fin, es lo que toca. Así que, después de no haberlo pasado muy bien (y no habérselo dejado pasar bien al prójimo, que es, quizá, lo peor ¡¿qué culpa tienen?!), nos hemos vuelto a casa justo después del café. Y claro, a la cama del tirón.
Al levantarme, he echado un ojo a internet y he encontrado un vídeo que me ha dejado conmovidísima:
Claro, con el diíta que he tenido, levantarme la mar de encogida y ver esto... uff... Ojalá se difunda bien. Pero la gente no quiere escuchar penas ajenas, tenemos suficientes con las nuestras. Y los vídeos de humor van como la pólvora, pero este tipo de difusiones... pues no. Hasta que nos toca en primera persona pasamos bastante (y yo lo he hecho, la primera).
Bueno, ahora poco queda de día, quizá terminemos de ver la peli de anoche, "La tentación vive arriba", que aunque nos estaba divirtiendo mucho, no pudimos terminar de ver: estábamos los dos muy cansados. Cenar algo ligero (la barbacoa ha sido... un hartón de comer) y quizá jugar a algo... A ver qué tal se da.
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