Breve y precioso relato del XIX, que me ha recordado, en cierto modo, a un contemporáneo suyo, "¡Adiós, Cordera!", aunque para mi gusto sale ganando con creces el de Clarín.
A través de la biografía de Felicidad, la protagonista, Flaubert expone a qué te lleva ser una mente simple, sin complicaciones, sin egoísmo, sin malicia: a acumular desprecio ajeno.
Sin embargo, en pocos casos ese desprecio llega a afectar a alguien bueno. El que viene de los seres a los que se quiere sí, pero el de los demás... ni siquiera se percibe. Porque no está pendiente de ellos, como ellos lo están de los demás.
También refleja su bondad en el amor por los animales: Lulú, un precioso loro que llega a sus manos por casualidad, es el ser vivo más cercano a Felicidad, quien más alegrías (y algún disgusto) le da. Quizá por equiparación en cuanto a esa malicia. Y es a quien tiene presente hasta sus últimos momentos.
La edición está muy cuidada, desde la fuente hasta el papel, pero se ve un poco afeada por la traducción, que tiene algún pequeño fallo bastante evidente en el texto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Y tú ¿qué opinas?