jueves, 1 de agosto de 2013

Cuarteto para un solista

Interesante lectura, con un punto de vista lógico pero novedoso, y buenas aportaciones de la cultura clásica: la Grecia clásica y su mitología, Sissí, Casanova... De ellos se valen, con la intención de que la humanidad no desperdicie más sus recursos, las personificaciones de los cuatro elementos: Aire, Agua, Tierra y Fuego.

Cada uno con su carácter, cada uno con sus preocupaciones. Pero todos con el mismo interés: que el cambio (¿crisis?) que está afectando al mundo no implique su destrucción.
Un tema sobre el que todos deberíamos meditar. Todos. Como dice en el libro, "Los que podrían hacer algo, no quieren; y los que quieren hacer algo, no pueden".
En mi opinión, quienes están dirigiendo el mundo (que no creo que sean los políticos, en absoluto), están tan obsesionados con ganar más y más dinero, que no se dan cuenta de que no les va a quedar mundo en el que gastarlo. Me encantaría que fueran conscientes, por una parte, de esto; por otra, de lo bien que les haría sentir, más que ganar aún más dinero, más poder, el haberlo utilizado para mejorar este planeta, tanto a nivel de optimización de recursos, como de bienestar de la población. Ganar miles de millones de euros tiene que ser un subidón. Pero saber que, gracias a tu impulso, el mundo se ha convertido en un lugar mejor, tiene que ser la bomba.

Habla este libro de la construcción de la sociedad como está ahora mismo, del auge del dios "Dinero", de los cambios de los estamentos poderosos (políticos - banqueros - ¿pueblo?); de lo que hace a una sociedad cambiar sus formas de proceder, sus crencias; de la influencia de la Iglesia a lo largo de la historia... y de dioses, por supuesto. Menciona algo que llevo tiempo reivindicando: el cambio de cómo vemos a Dios. De ser creador, padre, fuerza (¿energía?) ha llegado a ser, para mucha gente, una especie de lámpara de Aladino a la que pedir deseos: en lugar de ser el apoyo en el que encontrar la fuerza necesaria para impulsarse para cambiar las cosas a como queremos, Le pedimos que lo resuelva él y lo deje como queremos. Es más cómodo. Pero así no funciona. Creo.

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