miércoles, 2 de abril de 2014

Pyongyang



Desde hace un tiempo, cuando leo algún titular sobre las amenazas de Corea del Norte me inquieto bastante.

Así que, cuando vi este cómic, pensé que podría ayudarme a comprender mejor la situación y relativizar, y así ha sido.


Guy Delisle cuenta cómo pasó allí 3 semanas por trabajo (tras pedir permisos, enseñar toooodo lo que llevaba en el equipaje y estudiarse las listas de "recomendaciones"), y lo que vio.

Desde "voluntarios" que limpian las calles y carreteras hasta el silencio, no se sabe si respetuoso o por terror, hacia ciertos temas. Los boletines y discursos radiados, la única música que se podía escuchar, la decoración del hotel, las zonas que podía visitar sólo si iba acompañado de un "guía"...

La situación política internacional no me ha quedado mucho más clara después de la lectura, pero sí el carácter, la intención en el interior del país, y eso ayuda a comprender el por qué de algunas amenazas. No tranquiliza, porque desde luego el respeto por las opiniones y formas de vida "ajenas" no están en la cima de sus prioridades, pero sí se comprende mejor cómo se vive allí, cómo han organizado todo un país uniformado.
En cierto momento, el autor cuenta cómo presta un libro a su guía (que le dejan pasar probablemente por ignorancia), "1.984", y cómo el guía se lo devuelve al poco tiempo "porque la Ciencia Ficción no es un género que le guste".

Cuando se vive en un país así quizá lo más cómodo, o mejor dicho lo más seguro, sea no pensar, no plantearse el por qué, y limitarse a sobrevivir lo mejor posible, aunque eso implique apoyar el régimen que gobierna. Pero se debe sentir mucho miedo cuando una idea, aunque no sea expresada, despierta en tu cabeza y te hace plantearte cuestiones concretas...

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