martes, 16 de septiembre de 2014

DEP, Elegido


Todos los meses de septiembre esta misma sensación.
El corazón encogido, triste. De luto. La mente, clamando venganza.
Todos los meses de septiembre (al menos los pasados, ojalá éste haya sido el último), siento vergüenza por pertenecer, no al mismo país, sino a la misma especie que los bárbaros que participan (directa o indirectamente, que los políticos que lo permiten no son menos culpables que el que empuña la lanza) en ese festival de sangre, dolor (ajeno, por supuesto) y sadismo.

Ahora, unos minutos después de la cruel muerte de Elegido, sólo puedo pensar en esos sádicos. Están sueltos por la calle. Evidentemente, que se diviertan con esta "actividad" y tomen por héroe a quien "remata" al pobre toro (al que llevan puteando ya un tiempo, anoche le dieron "una vueltecita" por ese pueblo maldito) nos dice mucho de su estabilidad mental y su grado de salvajismo.
Pero estos garrulos no son los únicos culpables. Los políticos que, a pesar de las solicitudes para cancelar esta "fiesta", lo permiten, lo siguen permitiendo año tras año, son tan culpables del sufrimiento y la muerte del toro como los que cogen la lanza.
Luego queremos que en el resto de Europa no nos vean como a garrulos, gañanes, como los involucionados del Sur.
En otros pueblos de España, como Mataelpino, han cambiado los encierros y "festejos" que incluían maltrato animal por otras actividades similares, con bolas y dos pelotas. Ojalá cundiera el ejemplo.

Me horroriza intentar pensar qué habrá sentido Elegido en los últimos días.

Elegido (y sus predecesores) lo único que habían hecho para desatar ese sadismo y tener esa muerte fue nacer toros. A veces me consuela pensar que, si existe la reencarnación, hayan sido toreros o "lanceros" o "emboladores" en la vida anterior. Pero aunque estuviera segura de esto, seguiría defendiendo y peleando por detener este tipo de diversión (me cuesta horrores unir no en la misma frase, sino en el mismo día, esta actividad y "diversión").
Nada más. Como tantos animales inocentes que sufren a diario la inhumanidad de ciertas "personas", su salvajismo, su crueldad, sus frustraciones, su complejo de inferioridad (hay que sentirlo, y grande, para tener que hacerte valer con estas actividades).

Descansa en Paz, por fin, Elegido. Ya han dejado de putearte. Espero que el Karma haga su trabajo. O, en su defecto, espero tener yo, algún día, la posibilidad de hacerlo. O al menos de evitar que vuelva a ocurrir. Tú solito vales (valías...) más que toda esa manga de pueblerinos sádicos.



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