miércoles, 14 de diciembre de 2011

La Cenicienta que no quería comer perdices













Es una historia rompedora, me recuerda al famoso correo electrónico que estuvo circulando hace un tiempo: 

El cuento más corto y más bonito que has leído en tu vida 

Había una vez un muchacho que le preguntó a una chica si se quería casar con él.

La muchacha dijo 'NO'.

Y la muchacha vivió feliz para siempre...................
Sin lavar, 
sin cocinar, sin planchar para nadie, saliendo con sus amigas, tirándose al que le daba la gana, gastando su dinero en sí misma y sin trabajar para ninguno.
FIN 

...El problema es que de chiquitas, NO nos contaban estos cuentos...
Y... ¡NOS JODIERON CON EL CUENTO DEL MALDITO PRINCIPE AZUL!.........
 

Bueno... salvando las distancias, por supuesto

El caso es que el mensaje que intenta transmitir este libro me parece bien en general, pero me temo que las que lo leemos ya pensamos así: quienes necesitarían leerlo no van a coger una lectura... digamos... "tan rarita". Siempre hablando en términos generales.
Hay un sector que no han tenido en cuenta: el de las personas felizmente emparejadas, que viven eso porque es lo que realmente quieren. Pero eso es otro tema, que da para muuuuuuuuuuuuucho más que un triste blog.

Mi pero particular, lo que me ha agriado la lectura y me ha hecho ver todo este proyecto con otros ojos, no tan ilusos, es el tema de "la hada". No puedo con estas cosas. "El hada" no es lenguaje sexista, es gramática, por favor, no seamos tan, tan, tan... leche ya.
Es un tema que me toca especialmente la moral, porque entiendo que no es para tanto, pero es un tipo de mensaje y mentalidad que tengo asociado a un grupo determinado de personas bastante obsesivas y fanáticas con el temita, hasta conseguir el efecto contrario... Unas personas a las que tuve que decir "basta".

Así que mi objetividad, a partir de ahí, se quebró y no he podido recuperarla, por más que lo he intentado.

Debo decir que los aledaños del libro, la historia de las autoras, cómo está narrada, otras cositas que cuentan después del cuento en sí, me han gustado, y mucho. Y me han dado ideas y nombres que indagaré.


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