viernes, 27 de julio de 2012

Dos hombres solos, sin punto com ni ná

Oy, oy, oy
Con la mala suerte que tengo yo pa'tó, y la tardecita que estaba teniendooooo.... ¿Tú no? Yo sí.

Bueno, voy a empezar a contar la historia por el principio. Mejor, ¿no? Yo sí. Sí, sí, sí, sí, sí.... Sí.

Como "mis adictos seguidores" conocéis, mi enganche con el Alameda se sale de lo normal. Hace unos meses, creo que fue cuando fuimos a ver "No vengas solo", vi el anuncio de esta obra. Me llamó la atención... pero bueno, por unas cosas o por otras, no salió. La he propuesto varias veces como posibilidad, pero nunca ha cuajado. Y la daba por perdida. Hasta que el otro día me dio por bajar a la piscina (oh, milagro) y mis vecinas del R me dijeron que pensaban ir. Con todo mi santo morro me apunté (¡iba yo a perder la ocasión, vamospordiós!) y qué bien que hice, oye. Sí. Sí, sí, sí, sí... Ah, sí.

Y esta tarde no estaba siendo de las mejores del año, así que, que el plan haya salido TAN bien, me parece hasta mentira.

3 horas riéndome. Que se dice pronto. En el teatro hacía calor (raro, cuando he ido otras veces tenían el aire bastante fuerte), pero he llegado a sudar de tanto reírme. Cosa mala. No sabía si aplaudir o darle al abanico.

Manolo, porque tiene un salero y unas tablas y un arte que no puede con ello con todo ese cuerpo grande que tiene. Qué guasa para improvisar, qué presencia tan firme en el escenario, qué gracia entre andaluza y la típica de maricón con acento en la o. Ha tenido momentos que nos ha dejado a todos petrificados. Con esas burradas que soltaba por esa boca. Pero irremediablemente te tenías que reír. Te lo mandaba tu cuerpo. Y al cuerpo no se le desobedece...

...al menos, al igual que a las mujeres, como ha defendido Rodrigo. Rodrigo aporta el toque divertido pero con más profesionalidad en el texto (aunque alguna improvisación se ha marcado, con mucho arte también). Aporta también presencia (muy buena presencia, que dirían en una oferta de trabajo), creo que hasta me he reído más con él. Cuestión de gustos.

La pareja que hacen en el escenario también da mucho juego.

Pero el caso es que no quiero desvelar demasiado de lo que, quien vaya, se puede encontrar. Y os recomiendo que vayáis, en serio. Para empezar, ¿cómo no arriesgarse con lo barata que es la entrada? Y aún así, a un par de horas del final de la función, estoy convencida de que aunque me hubiera costado el doble, me hubiera parecido dinero muy bien invertido. Porque tanta carcajada en tan poco tiempo es hasta adelgazante. Diurético seguro. Pero adelgazante seguro que también.


Desde luego, entre los asistentes se crea hasta un idioma propio, complicidad (la complicidad que ellos demuestran en el escenario, se transmite). Hay un par de frases que, de ahora en adelante, si se dicen en público, a quien sonría (o te conteste) le puedes considerar "compañero de espectáculo". Seguro.

Además, como oferta, de aquí al 12 de agosto en que estarán en el Alameda, si vas con 2 espectadores que paguen, con tu entrada puedes volver a entrar gratis. Y si siguen llenando, por algo será. Y si siguieran 6 meses más en cartel, 6 meses más que llenarían.

Así que, salvo que seas chino (si eres chino, mejor no), no tardes en comprar entradas para esta sesión de abdominales, porque de verdad: no te vas a arrepentir.

Estoy contentísima de no haberme perdido esta actuación finalmente. De verdad.
¿Tú no? Bah, porque no la has visto.

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