lunes, 11 de octubre de 2010

Un rayo de sol (oh-ohoh)

A veces las cosas se complican mucho. Y por lo general, todos solemos estar encabronados, ocupados o a nuestra bola. Cuando te vienen torcidas y te ves rodeada de lo normal es desolador. Eso sí: no te das cuentas que para los demás tú también has formado parte de ese "lo normal" cuando han tenido un mal momento.
Pero de repente un día te vienen mal dadas y te topas con alguien que hace que lo veas todo menos difícil, que se empeña en abrir ventanas cuando se cierran las puertas, que siempre muestra un tono animado (y no porque no tenga sus propios problemas, ojo). Entonces aprendes a valorarlo, lo agradeces infinitamente. Es un auténtico lujo.
Qué pena que el día a día haga que olvides tus propósitos de no ser nunca más "lo normal" en este sentido.

Estos días se está complicando muuuuucho el tema de la asociación. Más trabajo, más movidas, nuevas puñaladas, nuevos apuñaladores, mismos apuñalados... Y como siempre, la persona que siempre ha visto un rayito de sol colándose entre la negrura y nos lo ha señalado a los demás es quien está ahí, arrimando el hombro y animando. Y no porque no se haya llevado palo, y no porque el otoño no le esté afectando, y no porque no tenga sus propios problemas... Joder, así da gusto. Qué envidia, ojalá fuera la mitad que él en este sentido.

1 comentario:

  1. Deberías decírselo personalmente, y no limitarte a escribirlo aquí ;)

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