lunes, 20 de febrero de 2012

Sólo soy una persona

No sé si alguien recuerda o conoce la estupenda canción de Mecano con ese título... a mí siempre me ha gustado:


La recordaba el otro día a cuenta de una observación que me hicieron... En el momento no supe contestar... como siempre me pasa. De haber tenido más chispa (y menos vergüenza) hubiera cantado esta canción... Hubiera estado bien.

No soy un árbol. Eso es lo primero que quiero dejar claro. "Sólo soy una persona"; y por tanto tengo la facultad de cambiar de hábitat si el que tengo me es hostil, por ejemplo, o si simplemente me apetece. Mucha gente valora la inmovilidad: la casa de toda la vida, los amigos de toda la vida, la ropa de toda la vida, la música de toda la vida... Cueste lo que cueste. Ni siquiera se plantean si todo eso les gusta: no, es que es lo que tiene que ser. Y si ellos son felices así, pues ole.
En mi caso soy más culo inquieto:
Si parte de mi familia considero que no se porta bien conmigo, o simplemente no me gusta estar a su lado, pues tener lazos sanguíneos no quiere decir que estamos cosidos, oye...
Si tengo una oportunidad laboral, o personal, o me va más el clima de otra ciudad o incluso país, pues aunque haya vivido todo el resto de mi vida "aquí", ¿por qué no voy a ir? 
Si estoy rodeada de personas que no son mis amigas, o con las que no tengo demasiado en común (porque cada rama crece pa' un lao', por ejemplo), o con las que ya no me siento tan a gusto como antes... pues oye, no tengo por qué mantener la costumbre de estar con ellas, ¿no? Además, siempre me ha gustado conocer mucha gente, ir picoteando, cada persona es un mundo y tiene algo que descubrir, que ofrecer... algunas son (para mí) flor de un día, y otras no me cansarían en 3 vidas a su lado.
Bueno, y así respecto a casi cualquier aspecto de la vida que se pueda plantear.

Parece que el cambio implica que lo que se deja atrás se autodestruirá en cuanto nos demos la vuelta, es como si hubiera ese miedo. Y no, qué va. Y en algunos casos, aunque sea así no se pierde, para qué nos vamos a engañar. 
No implica que cualquier novedad sea bienvenida, o cualquier cambio hecho a ciegas... sólo un poquito de flexibilidad, especialmente en las áreas que no nos tienen muy contentos.
Avanzar siempre da miedo, el paso en falso, la incertidumbre del futuro... pero a mí me da más miedo pudrirme inmóvil (aunque algunos cambios, debo reconocerlo, me ha costado mucho tiempo decidir realizarlos y dar el paso).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y tú ¿qué opinas?