jueves, 17 de mayo de 2012

Ponga un tullido en su vida

Hace mucho tiempo que lo vengo observando.
Pero claro, como todo, cuando te pilla en primera persona ves las cosas más claras (bueno, a veces) y les prestas más atención.

A bastantes personas les gusta ponerse la medallita de "pues yo soy AMIG@ de una persona con una enfermedad jodida". No es que les guste que sus amigos estén enfermos. En absoluto. Es que conocer a alguien que está pasando por algo duro es como conocer a alguien que viaja mucho: da para contar, comentar. 
El "te admiro" que he referido por aquí en otras ocasiones está ahí, pero en la mayoría de los casos se queda en eso. En admiración. Bueno, y en anécdota que contar en las cenas con amigos. "Pues un amigo mío tiene una enfermedad muy jodida, y no veas qué bien lo lleva". Muy amigo, lo lleva muy bien, pero... ¿por qué no le has invitado a ir contigo a esa cena? o ¿por qué no estás cenando con él?
No sé si me estoy explicando bien. Hablo, por supuesto, de casos generales. Que hay muchas personas que no actúan así, por fortuna. Y no hay por qué estar SIEMPRE, PERMANENTEMENTE junto al "tullido". Sólo ser consciente de que, quizá, esté solo en casa, aburrido, triste... mientras hablas de él.
A lo que quiero llegar es a que las palmaditas en la espalda y el interés son muy intensos (y muy de agradecer) al principio: cuando te diagnostican, o los primeros meses de trato si cuando te conocen ya tienes diagnóstico. Luego el tema se va diluyendo... Claro: ven que es difícil quedar para ciertas actividades. O que no se está disponible al ritmo que llevan los demás. Y poco a poco, van dejando de llamar. A veces sí llaman, pero para preguntar qué tal, y rezando por que la respuesta no induzca a un compromiso de visita, o de favor (llevar a algún médico, por ejemplo, o ayudar con la compra, la casa...). Y cada vez llaman menos. Y menos.
Al final, se queda en pura anécdota esa AMISTAD.

Como decía, no lo digo únicamente por mí (que supongo que en mi caso, a parte de este factor, influirá que no hay quien me aguante). Es algo que había observado siempre, y ahora con mucha más intensidad, en casos que voy conociendo, con mayor o menor detalle.

Supongo que es algo inevitable. Nadie quiere complicarse la vida aún más (me incluyo). Y una "amistad" sincera con alguien de estas características exige mucho de ambas partes, pero especialmente de la sana: si alguien a quien aprecias necesita que le lleves, le traigas, le ayudes o simplemente le visites (en lugar de quedarte en tu casita o ir al cine)... Una lata.

Pero si alguien me lee, pido desde aquí que intentéis poneros en el lugar del otro. Eso tan manido de "a cualquiera nos puede tocar" es verdad. Doy fe. Y avergonzada reconozco que alguna vez conocí a alguien con una enfermedad jodida, y me sirvió para varias conversaciones algún domingo de tapas o en la sobremesa de alguna cena de conocidos. Y no llamé a esa persona para saber si, en lugar de hablar de ella en tercera persona, le apetecía venirse, que la recogiera y la llevara, o que trasladásemos la cena a su casa.


Es muy difícil tirar p'alante con una de estas enfermedades. Pero con apoyo social la cosa se suaviza mucho. Muchísimo.

2 comentarios:

  1. Mi caso no es el mismo ni parecido, pero te das cuenta de cómo van las cosas cuando te toca. Me operaron de la rodilla por lo que he estado varios meses con muletas y duele cuando se pasa de la fase "vamos a visitar a la operada" a "a ella no la avisamos para la comida que estamos organizando porque total, no se puede mover, casi..." Ya, pero tengo boca para hablar y comer y culo para sentarme en una silla... Claro que si en realidad lo que os da pereza es venirme a buscar, pues qué le voy a hacer... Por suerte no todos mis amigos actúan así porque es fácil pasarte al lado oscuro de lo "asocial".

    ResponderEliminar
  2. Creo que no es fácil ponerse en el lugar de otra persona, a no ser que hayas pasado por un caso similiar, ésto lo aprendí con un tema muy distinto, ..., con la artesanía en general y las cosas de cuero en particular. A mí me encantaban todas estas cosas y creia que sabía valorarlas, hasta el día en que me puse a hacer cosas de cuero, para venderlas,.... Humm ... la leche!Cómo mínimo hay un trabajo manual detrás muy difícil de valorar hasta que no lo haces, y en cuanto al tema creatividad ... ni te cuento, sobre todo cuando no tienes especial potencial. En fin, hija, es guay que todos comuniquemos cómo nos sentimos, y hacer saber a los que nos rodean nuestros sentimientos, pues ello ayuda mucho a poderse poner en el lugar de otro.

    De todas formas, piensa en las pocas personas que si se solidarizan contigo, y ayudan en la forma que pueden, y cuando algo necesites, díselo a quien sea directamente, por ejemplo: Fulanit@, te importaría venir a ...?, pues por fortuna, o no, los tiempos que corren, no dejan a las personas ponerse ni en su propio lugar muchas veces.

    Para momentos como éstos sí que me gustaría que la distancia que nos separa fuera menor...

    ResponderEliminar

Y tú ¿qué opinas?