miércoles, 27 de abril de 2011

Asunción (Y no es la del vino ni la Virgen)

Creo que ya he comentado antes por aquí algo acerca de este tema, pero hoy, por algunas cosas que han pasado en concreto, me gustaría extenderme un poco (no mucho, que hay fútbol).

Cuando una persona tiene una enfermedad o discapacidad, solemos oír en referencia a cómo se toma las cosas, básicamente 2 comentarios (pongo aquí frases aproximadas):
1. Cómo te admiro. Es increíble lo bien que lo llevas, con qué espíritu te lo tomas. (Generalmente se dice a la cara del "interesado")
2. Pues no lo lleva nada bien, ya podía irlo asumiendo, porque no le va a quedar otra... (Generalmente, se dice a sus espaldas).

Y parece que, como en tantas otras cosas, no hay punto intermedio. Y lo hay, claro. De hecho, es el más común. Las personas que tenemos algún tipo de dificultad, como las "personas normales", tenemos nuestros días, nuestros altibajos, nuestras actividades que se nos dan mejor o peor o nos gustan más o menos... 
Muchas veces me han dicho que me admiraban, por ejemplo, porque, "a pesar" de mis limitaciones, voy al gimnasio. Bueno, esto lo hago por, no a pesar de. No quiero que esas limitaciones vayan a más, y hago lo que está en mi mano. Una vez allí, claro, pongo buena cara. Siempre me ha gustado hacer ejercicio, el ambiente de gimnasio... pero eso no quiere decir que esté contentísima: es muy frustrante y muy doloroso (no físicamente) estar en la clase y ver que no llegas a ciertos puntos, que todos los demás lo hacen y tú te quedas atrás, saber que antes llegabas a hacerlo, que ahora eres "la diferente". Pero te tragas las lágrimas y sigues: si encima te pones a llorar completas el cuadro. Por otra parte, cuando estoy muy hecha polvo, no voy al gimnasio; eso no quiere decir que cuando vaya es porque no me duele. De hecho, ese caso (el de "no me duele") hace años que no me sucede. Si tengo que esperar a moverme a que no me duela, ya me puedo ir muriendo pronto...

Y cuando te dicen ese "te admiro" y similares, pues según quién te lo diga, cómo y qué día tengas tú, claro: a veces lo agradeces, porque a todos nos gusta que reconozcan nuestros esfuerzos, y nos anima a seguir haciéndolos; pero a veces notas cierta condescendencia, lástima... y eso duele.

En fin: que todos tenemos nuestras cosas, nuestras "taras", nuestras limitaciones. Si esa limitación te hace llevar bastón se nota más a simple vista, pero hay limitaciones para todos los gustos y en todos los grados.
Y más nos vale asumirlas, sí. Pero eso no quiere decir que sea fácil, ni que vayamos a hacerlo a la de tres. Pero en esto de la asunción, como decía, hay puntos medios: así que, si desde aquí sirve de algo que lo pida, pues pediría que se tuviera en cuenta a la hora de comentar (tanto a la cara como a la espalda, que de los comentarios a la espalda te terminas enterando también, generalmente). En mi opinión, es más fácil decir "es genial que hagas X, sigue esforzándote y cada vez irás mejor" (o algo así) que frases conmiserativas. No olvidemos que cada uno tenemos lo nuestro 


2 comentarios:

  1. Pues eso de ir al gimnasio no sé si es admirable o no, lo verdaderamente admirable es que te guste ir. Pero ha de haber gente pa tó, creo que al Dani también le gusta.

    Par de chalados.

    Ahora más en serio, a mí me asombra que estés (casi) siempre con la sonrisa a mano (bueno, a boca y ojos). O a lo mejor es que te veo poco, menos de lo que quisiera.
    Está claro que a cada uno le toca su cruz, y cada cual se queja de la suya con más o menos razón, y la lleva como puede. Tú la llevas bastante bien (ataques de histeria aparte :-P) y eso que la tuya posiblemente (bueno, vale, subo a "muy probablemente") es peor que la de la mayoría.

    Si te sirve de algo, a mí pena lo que es pena como que no me das, la verdad (salvo por eso de ser del Madrid). Eso sí, te quiero un montón ;-)

    Echo de menos los spoilers :-(

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