jueves, 19 de septiembre de 2013

Palabras de amor

No hace mucho que le doy al ensayo.
Me había parecido (por opiniones y otras razones) que José Antonio Marina tocaba temas que me interesaban, y que podía ir por buen camino con sus libros... Pero a la tercera va la vencida.
Creo que, tras tantas cartas de amor, ésta puede suponer la de mi ruptura con él.

Con "La conspiración de las lectoras" disfruté, a pesar de su evidente punto de vista fanático y políticamente adoctrinador.
Debo reconocer que aprendí y disfruté, sí.
Después de 2 libros más de José Antonio Marina en solitario, veo que ese disfrute debió deberse, en buena medida, a María Teresa Rodríguez de Castro.

Después me atrajo mucho la temática tratada en "Las culturas fracasadas". La sociología es un tema que me inspira curiosidad. Pero la lectura de este libro me defraudó.

Le he dado una tercera (y última, por el momento) oportunidad con "Palabras de amor". Creí que no sólo analizaría cartas de amor de diversos personajes de la historia desde el punto de vista emocional, sino también desde el histórico y el literario.
No nos engañemos: el sentimiento, como tal, varía poco a lo largo de nuestra (corta) historia.
Pero este libro es una repetición, algo cansina (por similitud de lo que sentimos contemporáneos y gentes de toda la historia de la humanidad, y cómo lo expresamos), de palabras, sentires, padeceres...
Con algún ejemplo de cada época hubiera bastado, para ver las diferencias en el trato a la persona amada, por ejemplo

El talento narrativo está únicamente presente en las cartas. Durante los análisis del autor no lo he olido siquiera... De hecho, a menudo tenía la sensación de estar leyendo los comentarios de cualquier programa de cotilleos (pero en lugar de ser Belén Esteban te hablaba, por ejemplo, de Simone de Beauvoir) entre vídeo y vídeo.

Sí me ha quedado patente, al menos por los ejemplos puestos, que los hombres notables se enamoran de bellas damiselas; mientras que las mujeres notables suelen hacerlo de hombres "a su altura" intelectual y profesional. Me ha parecido curioso, pero no estoy segura de que los casos reflejados sean representativos.

Otro dato que ha llamado mi atención es el complejo de fealdad de Gabriela Mistral: una mujer con su profundidad, con su talento... acomplejada por su físico, rechazando un amor porque "era fea" (por las imágenes que he visto en internet tampoco es que fuera un callo).

Pero, desde luego, para obtener algunos datos curiosos y una teoría que dista mucho de estar confirmada, es sólo una suposición basada en lo que he leído, no merece la pena meterse al cuerpo más de 400 páginas repetitivas y bastante parecidas al "¡Hola!".

Espero tener más suerte con los ensayos que me esperan pacientemente en la pila. Pero, como decía al principio, dudo mucho que repita con José Antonio Marina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y tú ¿qué opinas?