sábado, 21 de septiembre de 2013

Pobre corazón

Esta colección de relatos, a falta de un adjetivo más apropiado (que no ando muy inspirada), tan "potentes", ha sido una muy grata experiencia lectora.

A pesar de que dos de los que aquí se recogen los había leído hace relativamente poco ("Los funerales de la esperanza" y "El sombrero veneciano"), me sigue fascinando la contundencia de sus argumentos, revestidos de una redacción sencilla, pero maravillosa.

A parte de los dos ya mencionados y comentados hace pocos meses, se recogen aquí:
"La farra", o cómo un agravio puntual puede dar poder a una persona en una pareja (poder que ya ostentaba con su simple actitud -reforzado por la personalidad del "contrario"-, pero que se ve brutalmente consolidado), hasta anular por completo a la otra parte.

"La nevada", tremendo escenario climatológico para llegar a la grotesca conclusión de una situación que, dentro de no estar moralmente "bien", en el contexto de un pequeño pueblo (en esas circunstancias nuestra perspectiva se reduce enormemente) toma una importancia soberana.

"El guerrillero" habla de un sueño recurrente, al que nadie más que el que lo sueña daba especial importancia... Pero el soñador termina teniendo, desgraciadamente, razón.

"Introibo at altare Dei..." se inicia como una preciosa e inocente historia de amor juvenil, casi platónica. El tiempo pasa, y cada uno de los dos protagonistas la asume de una forma distinta: como un bucólico recuerdo, o como un dañino rencor...

"Preludio" habla de un matrimonio. El tiempo hace mella en él, como en casi todos, pero la cuestión es si se sabe o no canalizar las diferencias que, con el tiempo y el crecimiento personal individual, afectan a todas las relaciones duraderas.

En "La inspiración y el estilo" una profesora de instituto y conferenciante ocasional inspira involuntariamente a un oyente para que encauce su carrera literaria. Digo involuntariamente, porque un catarro y las medicinas que toma para que no boicotee su conferencia de esa tarde hacen que su discuso fluya sin mediación de su voluntad.
La inspiración se convierte en admiración, y da lugar a una larga relación epistolar.
Cuando uno de los dos tiene que tomar LA decisión difícil, resulta que el otro ya la había tomado, quizá incluso fue decidida simultáneamente.

Y en "Más allá del límite" afronta un tema peliagudo: el dolor por la muerte de alguien querido puede llevarnos, a su vez, a la propia muerte... pero nosotros también dejamos seres que nos quieren cuando morimos... Es una espiral.



Como decía al principio, ha sido, en resumen, una experiencia lectora genial.
Tras leer los de relatos de esta autora, por lo general, me queda una sensación residual de disfrute y admiración que se prolonga en el tiempo, permitiéndome saborearla cada vez que recuerdo cualquiera de los argumentos o personajes.

Una coincidencia curiosa: el relato del cuadernillo de "MiniLetras" que no aparece en esta recopilación, "La casa", habla del hogar, de nuestras sensaciones (no siempre positivas) cuando damos con la casa de nuestros sueños, o la que nos estaba destinada... por qué no.
Anoche, en mi desvelo, tras terminar con "Pobre corazón", empecé el siguiente libro de mi pila: "Las Catilinarias", de Amélie Nothomb. El argumento, al menos en las pocas páginas que llevo leídas, también habla de esa relación con nuestro hogar, que no tiene por qué ser nuestra casa.
2 libros seguidos de 2 de las autoras con que más disfruto... Y después, "Me vestiré de medianoche", de Terry Pratchett (que supongo recibiré el mismo lunes, y no podré esperar a empezarlo).
¿Sobreviviré a tanto placer lector?

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