jueves, 5 de septiembre de 2013

Seres excepcionales

No hay que mirar la prensa, ni buscar en libros de historia personajes como la Madre Teresa, o cualquier "gran personaje" que pase por nuestras mentes cuando nos hablan del concepto "ser excepcional".
Estamos rodeados.
Sí, también hay mucho mamón suelto, y hacen mucho más ruido y mucho daño, así que parece que hay más. Pero en ellos no merece la pena ni pararse a pensar.

Los corazones buenos, los valientes, abundan. Y cuando te cruzas con uno en tu camino, te deja tocado (para bien ¡por una vez!).

Estos últimos días debo estar de suerte, porque he estado rodeada. Algunos son habituales (no les queda otro remedio), otros no tanto, y otros son espontáneos. Pero siempre es un lujo tenerles cerca.

Anoche salimos a picar algo con Desi y Jose (muy buena gente también), y uno de esos seres excepcionales se cruzó en nuestro camino.
Claro, que ellos están acostumbrados a la excepcionalidad, porque tienen a sus sobrinas, a Carmen, a Teo, a Trini... Pero entre todos ellos destaca y brilla con luz propia Vero, una de sus sobrinas.
Es una niña de 11 años, y a muchos os sorprenderá que hable bien de un menor de 20 años, a los que suelo evitar como a la sarna. Pero es que Vero... es mucha Vero. Todo el mundo lo dice, y por algo será. Se lo gana a pulso, pero lo mejor es que ni siquiera lo intenta, no es una pose: le sale solo.
Como cualquier niño de su edad, tiene una energía agotadora, no para. Sobre todo de hablar. Y ahí es donde a mí me ha dado en el punto débil.

Recuerdo una noche, hace un año (es decir, ella tenía 10), que nos quedamos ella y yo cenando en casa mientras los demás se iban de marcha a una reunión de vecinos. Nada del otro barrio: peli y macarrones. Pero lo pasamos bien. Y me dejó alucinada: hasta que no me ayudó con la cena, la mesa, a recoger... no se quedó tranquila. Estuve de cháchara con ella más a gusto de lo que hubiera estado con muchos adultos.

En la piscina, alguna vez que hemos coincidido (no bajo muy a menudo) siempre está pendiente de que no me canse, de dejarme el churro para que flote cómoda aunque ella se quede sin él... Algo, desde luego, no propio de una niña. Algo que a muchos adultos ni se les pasa por la cabeza hacer.

La semana pasada estuvo aquí (viven en Córdoba, pero tienen un estudio en este edificio). Lo pasé genial con ella: todas las mañanas se vino a casa (sin una sola queja por que no bajábamos a la piscina), y algunas tarde-noches las pasamos los 3 juntos, bajaba a la piscina con Dani y luego subían y cenábamos, veíamos una peli, jugábamos al Pictionary... Ha sido divertidísimo, pero ha tenido unos detalles... Hemos tenido que estar pendientes de ella, pero no para que no destrozara nada, sino para que no fregara; no para que no acosara a las gatas, sino para que no las malacostumbrara a jugar tanto (y con tanta delicadeza); no para que se lo comiera todo, sino para que de verdad le gustara lo que habíamos puesto.

Ojalá las inevitables tortas no la cambien nunca.



Como decía antes, anoche se cruzó con nosotros otro de esos seres excepcionales.
Ya estábamos terminando de cenar, y pasó uno de los muchos senegaleses que por aquí venden bolsos, CDs, complementos... Él llevaba pulseras.
Ya nos habíamos cruzado alguna vez con él, y siempre hace reír a la gente. Ayer anunciaba su mercancía como "pulseras anti-crisis, anti-mala leche". No me encapriché de nada, pero quise echarle un cable. Le pedí 2 pulseras iguales (rosas), una para Vero y otra para mí. Pero era una excusa para preguntarle si quería cenar algo. Según se dice, todos estos vendedores ambulantes en realidad están controlados y amenazados por mafias, así que el dinero no va para ellos en realidad. No quiso tomar nada, pero se sentó un ratito con nosotros. Según dijo "estoy negro de tanto andar". Me recordó a Shirley Valentine: entre carcajada y carcajada, nos metió verdades como puños. Había una perrita muy mona en la mesa de al lado. Como él dijo (con una gran sonrisa, para que pensáramos que era otra broma) "tiene más papeles y más vacunas que yo". Brutal. También hablamos de economía, y de la locura consumista. Mucha crisis, mucha queja, pero todos con nuestro I-phone 5, nuestras vacaciones irrenunciables, nuestras pijadas...

No paro de pensar en la injusticia: cambiemos, por un momento, posiciones.
Si él hubiera nacido en otra parte (aquí, por ejemplo) y hubiera tenido acceso a una carrera universitaria, o formación, se estaría comiendo el mundo. Tiene ganas, tiene talento. Pero no ha tenido suerte.
Sin embargo, si cualquiera de nosotros hubiéramos corrido su suerte, o similar... ¿Nos quedarían ganas de hacer reír, de reírnos de nosotros mismos, como él? ¿Sonreiríamos perpetuamente? ¿Le echaríamos esos arrestos? ¿O estaríamos llamando a la puerta de la consulta de nuestro médico a por una recetita de Prozac, y quejándonos día y noche?

Creo que es a estas personas a las que merece la pena ayudar. Seguro que con una oportunidad mínima, de las que cualquiera de nosotros hemos dejado pasar, él se agarraría al tren con uñas y dientes y llegaría alto. Y además probablemente ayudaría a que otros pudieran seguir sus pasos. Pero no tendrá esa oportunidad. No ha nacido en el lugar correcto, aunque ahora esté aquí.
Ojalá estuviera en mi mano darle esa opción, ayudarle de alguna manera... Ojalá.

Ayer, nos dijo, era el cumpleaños de su hija. Cumplía 6 años. Está en Senegal, y aunque se le notaba que la echaba de menos... no dejaba de sonreír al hablar de ella.

No sé cómo será su vida. Pero lo que me quedó muy claro es que merece que sea mejor.

Me ha dejado muy tocada: me costó conciliar el sueño (a pesar del vinito) y hoy no dejo de pensar en él. Y me tiene entre la sonrisa y la rabia.

No puedo dejar pasar la oportunidad, al hablar de seres excepcionales (por eso no he puesto "personas excepcionales"), de hablar de los 3 ángeles de la guarda que me acompañan (en este caso, forzosamente, quizá si les dejáramos salir de casa me dejarían tirada... quién sabe). Mariana, Cthulhu y Mordisquitos son las mejores cuidadoras del mundo. Aunque las dos últimas tienen clara preferencia por Dani, no por ello me dejan sola.

Mordisquitos es menos cercana, pero suele estar siempre en la habitación en la que yo esté. Vigilante. Es todo simpatía (y bocaos).

Por lo general, exige poco.

Pero me ha demostrado que, cuando de verdad se la necesita, cuando por ejemplo, tengo un brote gordo... no falla: ahí está, aunque ha dejado claro que los arrumacos no son lo suyo.


De Mariana ya he hablado antes por aquí. Es mi compañerita. Siempre a mi lado, especialmente ronroneante cuando estoy malita. Ahora, por ejemplo,
está dormida a mi izquierda, con medio culete en el teclado.

Ella sí pide: mi compañía. No le gusta que no esté a su lado, perderme de vista. Y, si puede ser sobándola, mejor.

Y de Cthulhu... qué decir. Sólo pide jugar. Mucho, a veces. Pero es su único capricho.

Bueno, y beber agua del grifo.

Siempre digo que es el ser más bueno que he conocido. Se deja quitar la comida, los sitios estupendos que encuentra, los juguetes, la atención... por sus hermanas. Pero ella sigue siendo feliz, siempre la ves en paz, contenta... No se enfada por nada del mundo. Tengo mucho que aprender de ella.


Hay más seres excepcionales a mi alrededor, muchos más. Afortunadamente.
Pero, últimamente, estos son los que más han destacado, y no quería quedarme sin contarlo.


La entrada me ha quedado un poco larga, lo sé... Pero es que hay seres que merecen que nos explayemos cuando hablamos de ellos, como poco.

4 comentarios:

  1. ¡Muchísimas gracias Ruth! por este precioso post. Sí, es verdad, que hay muchos seres excepcionales a nuestro alrededor, pero desgraciadamente nos programan a ver sobre todo lo negativo. Habrá que ser como los niños (¡Olé por tu sobrina!) y los gatos y mirar el mundo con una mirada limpia o cón el corazón, como dice St. Exúpery en El Principito. Un abrazo grande...

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  2. Soy Noelia, la sobrina de Desi. Gracias por estas palabras tan maravillosas sobre mi hermana y mi familia, con esto también demuestras que eres un ser excepcional :-)

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  3. Que te puedo decir q no te haya dicho mi querida Ruth, con estos textos tan llenos de sentimientos y amor por lo q de verdad uno debe interesarse, me das una leccion de vida, de como llegaste a mis manos ,pq soy tu Osteopata:-), que no he conocido amiga y paciente con un corazon tan grande como el tuyo y que doy gracias a mi trabajo porque me ha echo conocer a personas tan especiales como tu, estoy seguro que tu seas,unas de esas personas que cualquier persona debe cruzarse en su camino, un ser especial..te quiere tu amigo y Osteopata Carlos

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  4. No, ¡si al final entre todos me sacaréis los colores!
    Mil gracias por vuestros comentarios. Pero, como a todo el mundo, me queda muuuucho por aprender y por pulir.
    ¡MUACKS!

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